Que es el apego?
Estas apegad@ a cosas materiales, a pensamientos educastrantes que ya no te sirven, a emociones pasadas como la inseguridad y el miedo.
O quizás a personas o energías que ya no están en este mundo y no las dejas marchar.
Te explicaré algo:
Los pájaros se levantan por la mañana cantando y no piensan que van a tener para comer, para cuidar a sus pajarillos, o si tienen que pagar el alquiler del nido donde están.
Y ya ves si ese nido llega alguien y lo destroza, se marchan cantando a buscar o hacer otro.
Ellos no tienen apego a nada, la naturaleza y el Universo le proviene de todo lo que necesitan para ser feliz y vivir sin apegos.
Coge tu libreta y empieza a escribir tus apegos. Desde un vestido o traje, que hace más de 10 años que no te pones y lo guardas para si algún día te lo puedes llegar a poner.
Un apego a un pensamiento porque una persona hace mucho tiempo te dijo, que no llegarías a nada y tú aún te lo sigues creyendo.
Apego a una emoción de miedo o de no merecer te ser o tener esto o lo otro.
Y también, apego a algún familiar que ya no está contigo.
Un apego del pasado que ya no necesitas en este momento presente.
O un apego de futuro porque deseas tener algo que en tu momento pensaste que era valioso y si no lo tienes no serás feliz.
El apego te hace vulnerable a tu felicidad, porque si no sueltas las cosas de pasado, o no consigues lo que deseas, piensas que nunca podrás ser feliz.
Te voy a explicar un cuento:
Un príncipe pasaba los días mirando por la ventana a la espera de que algo sucediera. Ya que su vida era muy aburrida.
Una mañana, una golondrina se posó en el alféizar de su ventana. “Oh”, exclamó, “qué pequeña y delicada criatura”.
La golondrina le dedicó una breve melodía y se fue. Él quedó maravillado y pensaba que era lo único que le podría hacer feliz.
La golondrina volvía cada mañana y el príncipe se sentía feliz.
El empezó a cuidarla a darle comida y agua, a proporcionarle una casita para que pudiera quedarse.
Un día, le invadió la ansiedad, ¿Y si no regresaba nunca? ¿Y si encontraba otra morada mejor en la que cobijarse? Empezó a tener sus dudas.
Entonces el príncipe trajo una jaula y la encerró en ella colocándola en una mesita
Pero con el tiempo la golondrina dejo de cantar, hasta que enmudeció.
¿Ya no cantas? le preguntó el príncipe, extrañado. Me hacías tan feliz cuando cantabas.
La golondrina le contesto que su canto estaba inspirado en la libertad y en la naturaleza y que allí encerrada ya no encontraba motivos para cantar.
El príncipe le dijo que la tenía allí encerrada porque la quería y tenía miedo de que le pasara algo y no volverla a ver más.
Un día el príncipe se despertó sobresaltado. Fue a acariciar a la golondrina y la encontró muerta.
Entonces su tristeza fue mucho mayor.
Moraleja: Cuando deseas algo, hasta que no lo consigues no paras en ello. Una vez que lo tienes no quieres perderlo y al final llegas a creer que es eso lo que te da la felicidad. Sin darte cuenta que tu felicidad siempre está dentro de ti, no en el exterior.
Hoy te propongo que examines tus apegos uno a uno y observes si te dan la felicidad.
Si es así conservarlos pero si no es así suéltalo ya que no los necesitas.
No los tengas en tu jaula del corazón.
No tengas tus apegos encerrados en una jaula, déjalos volar.
Cuantos más apegos sueltes mejor, más libre y feliz te encontraras.
Y te darás cuenta enseguida que pierden fuerza y ya no los necesitas.
Hazlo.
Que tengas un buen día feliz y sin apegos.
Recibe mi energía de amor.
Tu terapeuta del Alma.